Según los estatutos de Nova Roma, así como de otras
organizaciones reconstruccionistas, el Cultus Deorum abarca desde el 753 a.C. (fundación de Roma) hasta el 395 d.C. (Retirada del Altar a la Victoria del Senado Romano)
Pero al estar hablado de un periodo de más de mil años, es
demasiado tiempo como para que una religión permanezca sin alteración y no se
puede incluir todo, pues esta evolucionó en diversas etapas y filosofías, así
que solo se toma un periodo en específico para desarrollar su reconstrucción.
La religión romana de tiempos de los Siete Reyes era
sustancialmente diferente a tiempos de César, y esta a su vez era distinta en
tiempos de Marco Aurelio, y más aún en tiempos de Juliano.
El consenso general de casi todos los cultores es que el
periodo más acertado para reconstruir la Religio Romana en su forma más pura y autóctona,
es el de fines de la Monarquía e inicios de la República, pues es el punto
donde más se desarrolla la religión dada por Numa Pompilio (el segundo Rey de
Roma). La religión de los pastores guerreros, donde el vuelo de aves, el grasnar
de los gansos o el vuelo de águilas eran más importantes que la filosofía, y
donde la lectura de las entrañas de animales era la forma de interpretar la
voluntad de los Dioses.
No se toma en consideración (al menos para la mayoría de los
cultores) el periodo de fines de la Republica e inicios del Imperio, como mejor
representación del Cultus Deorum, ya que para ese periodo histórico aparte de
la influencia del pensamiento helénico y demás cultos importados de las
provincias, la religión romana como tal, ya estaba casi muerta, y no en mejor situación
que la del cristianismo actual.
La religión romana a inicios del reinado de Augusto, a pesar
de todos los sofismos griegos que queramos agregarle, se había convertido en
una mímica sin sentido, una serie de actos y posturas carentes de toda devoción
por parte del practicante, cuya única utilidad era el mantener un poco la
identidad nacional. Eran ritos y costumbres ya vacíos en sí mismos, y donde
muchos habían hecho caer en desuso, cambiándose por los nuevos cultos
importados tanto de Grecia, Egipto como de Oriente.
Es Augusto el que decide revivir y reivindicar la Religión
Romana ancestral y donde inicia todo un proceso de limpieza tanto religiosa,
moral, como cívica, donde llega incluso a prohibir el uso de la toga al estilo
griego mientras se comercia en el Foro. Él saca a la Religio Romana del pantano
en que la inmoralidad de sus funcionarios, así como los juegos políticos de antaño
la habían hecho hundir.
Para la época de Marco Aurelio el Cultus Deorum era ya una
amalgama enriquecida por las creencias de muchos pueblos diversos del Imperio,
donde Isis, Mithra, Serapis, Cibeles, Cernunnos, etc. Ocupaban el mismo lugar
junto a Jupiter, Juno, Minerva y Marte. Era una religión que se podría
catalogar de un “collage” de creencias y filosofías, en donde las religiones mistéricas
de oriente encontraron el caldo de cultivo perfecto para germinar, entre ellas
el propio cristianismo.
Más tarde en ya las épocas finales como la de Juliano (el apóstata),
la religión romana se trata de organizar en un complejo de cultos, en imitación
a la organización del cristianismo y en donde hasta el concepto de monoteísmo
ya estaba calando en ella a tal punto que la concepción de diversos dioses se entendía
por arquetipos de una misma fuerza divina y donde hasta en algunos casos se
incluía al propio Jesús dentro de la corte celestial de Dioses.
De todos estos periodos históricos el que más demuestra la religión
romana en su esencia más original, es el periodo Monárquico e inicios de la
Republica, no por nada algunos historiadores llamaron a Numa Pompilio el “Salomón
de los Romanos”. El resto que surgió luego de ese periodo son agregaciones que
se fueron dando.
No está del todo mal el tratar de ajustarse a otro periodo
X, si la persona gusta de la filosofía helénica, o dar culto a Isis, Mitra o
Serapis, puede hacerlo, ya que el Cultus Deorum permite el sincretismo
religioso, del mismo modo en que lo permitió en el pasado, e incluso hasta
puede adorar al dios cristiano, sin problema, pues esta religión convivió en el
mismo marco histórico que el Cultus Deorum.
Se puede ser cultor, y practicar el mismo tiempo otros cultos como el druidismo, duodecateísmo (helenismo), Kemetísmo (religión egipcia) o alguna otra religión que sea reconstruccionista, siempre y cuando haya existido en el mismo contexto histórico que la religión de Roma, siempre y cuando no ofenda la dignidad de Roma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario